domingo, 2 de mayo de 2010

INMIGRACION SEFARDI, DE ESTAMBUL A GENERAL VILLEGAS

No todos los inmigrantes sefaradíes que llegaron a la Argentina, pudieron instalarse en grandes centros judíos este reportaje a Salvador Cohen es un ejemplo.- Salvador, ¿de dónde vinieron tus padres? - Mi papá, Mair Cohen y mamá, Raquel Cohen (no eran parientes) se cono-cían de Magnasía (hoy Manisa), un pueblo cercano a Esmirna, Turquía. Papá llegó a la Argentina alrededor de 1910 y ella por 1921. Se casaron en Buenos Aires, donde yo nací el 31 de julio de 1923.- ¿En qué trabajaba tu papá? - A su llegada a la Argentina él se instala en Gral. Villegas, Pcia. de Buenos Aires, con un negocio de zapatillas, telas y ropas. Lo ayudaban mi tío Aarón, (hermano de mamá que llegó de Turquía por 1910) y mamá, que también hacía los trabajos de la casa. Los miércoles, papá salía a vender en el pueblo. - ¿Había colectividad judía en General Villegas? - Ninguna. Recuerdo que por 1931 apareció una familia Levi, que estuvo pocos años. El era zapatero, tenía cinco hijas y un hijo manco al que querían casar con mi hermana. Mi tío Aarón, que vivía con nosotros, rezaba las oraciones en hebreo todas las mañanas, poniéndose en la cabeza una carpetita en forma de kipá (gorrita) con la cual a veces salía, sin darse cuenta, a la calle. Mi tío hablaba cinco idiomas, entre otros el djudeo español .- El negocio sólo cerraba en Iom Kipur (día del Ayuno y el Perdón Divino) y un cartelito anunciaba: "cerrado por balance".- ¿Qué anécdotas tenés? - En Villegas cursé la escuela primaria. En el segundo grado nos pegaba la maestra, Srita. Balán. Usábamos gorra de vasco, que debíamos sacárnosla cuando saludábamos a las mujeres; si no lo hacíamos nos tiraban de las orejas hasta dejárnoslas rojas. En 1933, recuerdo, hubo una gran invasión de langostas; las paredes se pusieron negras y tuvieron que eliminarlas con aplanadoras. En una ocasión, un zapatero italiano, cuando yo jugaba con su hijo a la pelota, agarró su cuchillo de zapatero y me dijo jugando: " te corto, te corto", y me hizo un corte en la pierna izquierda. Todavía tengo la marca. En Villegas me recibí de tenedor de libros en 1934. Mi hermana Victoria, debió estudiar obligatoriamente, en el Colegio, religión católica. En 1936 enferma papá y mamá lo trae a Buenos Aires, donde lamentablemente fallece. - ¿Y el negocio? - Quedó en manos de mi tío Aarón y de mamá, quien siempre viajaba con frecuencia a Buenos Aires, para comprar mercadería. Lo hacía en tren, que le ponía unas 4 o 5 horas para hacer el trayecto a Plaza Once.- En 1937, habíamos estado en Buenos Aires para celebrar mi Bar Mitzvá (los 13 años) junto a mi familia , Baruj Barnatán y mis tíos Aarón y Nissim Cohen, en el entonces pequeño templo de la calle Camargo, donde me puse los tefilim (filacterias que se ponen sobre la cabeza y el brazo izquierdo, frente al corazón, en señal de sometimiento a las leyes divinas). Aparte inaugu-ramos, en el cementerio de Ciudadela, la tumba de papá. El primero fue un acontecimiento muy feliz y el otro muy triste y peno-so. En 1939 nos mudamos a Buenos Aires. -- Después de tanto tiempo ¿cómo recordás a Villegas? - Lo recuerdo como un pueblo agrícola-ganadero, de casas bajas, con dos cines, simpático y económicamente progresista. Había muchos ingleses, exposiciones y ventas de ganado, con la intervención casi permanente del martillero Bullrich. Allí tenía amigos. Jugábamos a la pelota y con el trompo y las bolitas. Con ellos y mi familia, pasé una infancia y adolescencia feliz.

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